Un dolor punzante me carcome la cabeza,
la retina de mis ojos se degradan,
ni siquiera sirven de espejo.
Se tensan los pensamientos,
y suavemente caigo en la profundidad de mi almohada.
No se a donde me dirigo,
emprendo un viaje del que tal vez no saldre.
Mi cerebro corre una carrera por su libertad
y ahi estoy jugando con mi dignidad,
tal vez sentada,
o acostada,
esperando que un segundo se convierta en infinito,
que desaparezca en el tiempo sin dejarme nada.
Seguramente hoy no soñare,
no viajare mas lejos,
me quedare plasmada en la profundidad de mi almohada
buscando,
sintiendo,
mirando imágenes que no se apoyan en nada,
a las cuales desarmo
y hago polvo solo para sacarles una gota de su escencia,
una minúscula gota de su perfume,
que quede guardada en mi memoria,
como si fuese un sueño,
solo para despertar en la mañana, ya pasada,
y sentir aún un dejo de su putrefacto olor.
La granos de arena de mi reloj,
marcan con una danza casi perfecta,
el sonido y el sabor del paso del tiempo.
Y mis parpados encierran y castigan a mi vision.
Un dolor punzante despierta en mi cabeza,
mis ojos se pelean, mis pensamientos me murmullan.
Sueño,
duermo..
siempre despierta.
No sueño,
no duermo,
aún sigo despierta.
